Ruka Ñuke
💧 Agua
Querida/o voluntaria/o, imagina despertar con el suave murmullo del agua de nuestra piscina natural y las gotitas del riego de la mañana: aquí la frescura acuática marca el inicio de tu jornada en comunidad.
Ruka Ñuke, que en mapudungun significa “casa de mamá”, es una eco parcela familiar donde buscamos vivir en armonía con la naturaleza y encontrar el profundo sentido de la vida en lo cotidiano. Compartimos conocimientos sobre agroecología, cuidado de animales, compostaje, recuperación del bosque nativo y vida saludable.
Estamos rodeados de montañas hermosas que solemos recorrer a caballo o a pie, y valoramos la conexión humana tanto como la conexión con la tierra.
🌱 Tierra
El cuerpo: disfrutamos de una alimentación natural, ovolactovegetariana, basada en las cosechas de nuestro huerto, que nutre y fortalece mientras vivimos al aire libre.
La casa: cuidamos juntos la parcela, el orden, los espacios comunes y el entorno que compartimos.
Eco-parcela comunitaria: cultivamos junto a voluntarios agroecología, compostaje y recuperación de nuestro secano costero.
Vida compartida: creamos momentos especiales en las comidas, compartiendo sin celulares y disfrutando de esas conversaciones mágicas mientras comemos juntos; luego trabajamos en el huerto, descansamos al mediodía y continuamos con el riego y el cuidado de los animales por la tarde.
Baño seco de bajo impacto: comprometidos con el cuidado del agua, utilizamos un inodoro ecológico que convierte los residuos en compost. Te explicaremos su funcionamiento a tu llegada; verás que es sencillo y respetuoso con el entorno.
Alojamiento rústico en construcción: nuestro espacio para voluntarios está en proceso de levantarse poco a poco. Cuenta con ventanas de madera rústica que dan a la parcela y a los árboles del secano costero; es simple pero acogedor, con camas y mantas naturales. Para tu confort en invierno, te recomendamos traer chaquetas, ropa de lana, gorros y—¡por supuesto!—una linterna.
🔥 Fuego
Ruka Ñuke no es un hotel ni un destino turístico: es una experiencia real de vida rural, donde el trabajo, el aprendizaje y la alegría van de la mano. Aquí creemos en el respeto profundo entre las personas, sin jerarquías ni roles impuestos: todas las voces valen, y el respeto hacia las mujeres y las diversidades es parte de nuestro diario vivir.
¡Únete a nosotros para sembrar esta experiencia auténtica! Ven con actitud abierta, respeto por todas las voces y ganas de aprender en comunidad.
💨 Aire
Así, cada gesto —desde saborear una ensalada recién cosechada hasta usar nuestro baño seco— es un acto de amor y cuidado que hace crecer y renacer la magia de la “casa de mamá”.
Querida/o voluntaria/o, al llegar a la “casa de mamá” te recibirá el reflejo suave del amanecer sobre nuestra piscina natural, un símbolo de cómo celebramos el intercambio cultural, la cooperación y la alegría de compartir una vida sencilla pero profunda, en comunidad y en armonía con la naturaleza.
Cada jornada comienza temprano: cocinamos juntos los frutos de nuestro huerto, aprendemos a reciclar y a cuidar el agua, la energía y los espacios comunes. Tu apoyo en estas tareas es fundamental para que este proyecto siga creciendo y mantenga su espíritu vivo.
Te guiaremos con cariño en el uso de nuestro baño seco de bajo impacto —un inodoro ecológico que transforma los residuos en compost— y, mientras construimos colectivamente la nueva casa para voluntarios, soñamos juntos con el hostal y restaurante ecológico que sostendrán Ruka Ñuke de forma sustentable. Cada gesto de cuidado de la parcela y del orden en los espacios comunes refuerza nuestro compromiso con la tierra.
Llevamos once años recibiendo voluntarios como parte de nuestra familia eco-comunitaria. Aquí encuentras un espacio seguro donde la equidad y el respeto mutuo son prácticas diarias: todas las voces importan y cuidamos especialmente que mujeres, niñas, niños y disidencias se sientan protegidas y valoradas. ¡Ven con tu energía y disposición, y hagamos florecer esta aventura compartida!