La casa del agua
Bienvenid@ a La Casa del Agua, un rincón escondido en la montaña donde la vida fluye al ritmo de la naturaleza… y de la buena vibra.
Aquí se vive con sencillez: recogemos el agua de la fuente, cocinamos con cariño, cuidamos lo que nos rodea y celebramos los pequeños milagros del día a día. El espacio está lleno de belleza: flores silvestres, pozas cristalinas, cielos estrellados, y rincones que invitan a la calma, la música o la inspiración.
Este no es un hotel ni un retiro clásico. Es un lugar que se transforma, y donde cada persona también puede transformarse. Colaboramos un poquito cada día para cuidar y embellecer el lugar, pero lo que más valoramos es la actitud: respeto, alegría, ganas de compartir, sensibilidad y autenticidad.
Ahora mismo estoy en una etapa más abierta: con ganas de conocer a personas afines, con buena onda, creatividad y corazón. No buscamos perfección, sino conexión.
Si te mueve la naturaleza, la vida simple, la música, el arte o simplemente estar en un lugar especial durante un tiempo... quizás este sea tu sitio por un rato.
Soy David, llevo años habitando y cuidando este lugar en plena naturaleza. La Casa del Agua no es una comunidad ni un proyecto cerrado, es un espacio vivo que se va transformando, igual que uno mismo. Aquí no hay un equipo fijo, pero sí buena gente que pasa, colabora, deja su huella y se lleva algo valioso.
Busco personas afines: con buena onda, sensibilidad, respeto por el entorno y ganas de compartir desde la autenticidad. No se trata de trabajar duro ni de estar de vacaciones, sino de convivir, aportar un poquito cada día y disfrutar de un entorno único.
L@s voluntari@s serán tratad@s con respeto, cercanía y confianza. No hay exigencias, pero sí una invitación a vivir con conciencia, a cuidar lo común y a disfrutar con alegría de esta etapa juntos. Si vienes desde el corazón, seguro que nos entendemos.