7 razones por las cuales es recomendable salir de tu zona de confort

La zona de confort atrapa. Nos convence de quedarnos en ella. Es como ese amigo o amiga que, cuando sugerimos la idea de irnos a nuestra casa, abre otra cerveza e incluso sin preguntarnos, nos rellena el vaso. “Quédate dale, ¿a qué vas a ir a tu casa?” - nos dice. Y nosotros, un poco resignados pero sin el coraje necesario para negarnos a su oferta, nos volvemos a sentar y juramos que después de este vaso, sí nos vamos a ir.

La realidad es que nos sentimos un poco cómodos en esta zona. Bueno, de ahí su nombre, ¿no? Nos genera el confort necesario para hacernos olvidar lo que hay ahí fuera, para hacernos olvidar la satisfacción que sentimos al superar nuevos obstáculos.

A veces dominar nuestro metro cuadrado, ser buenos en lo que hacemos y movernos con libertad y placer en nuestra área de expertise no está mal. Lo necesitamos. Un poco, al menos. Pero quedarnos a vivir en ella debería estar prohibido. Es que la zona de confort nos hipnotiza y nos relaja, nos deja en un estado lento y pausino del que no queremos, ni vemos la forma de salir. Necesitamos reaccionar. Un estímulo. Un momento de lucidez.

Salir de la zona de confort tiene demasiadas ventajas. Algunas de ellas ven resultados a corto plazo y otras saldrán a la luz con el tiempo. Pero déjame decirte, salir de la zona de confort es algo que todos, al menos una vez, debemos experimentar. ¿Por qué? 

Si estás en busca de un cambio, también te recomiendo leer: Cómo cambiar mi estilo de vida: Guía para desarrollar hábitos saludables y Consejos y técnicas para lograr una transformación personal.

7 Razones por las cuales es recomendable salir de tu zona de confort

• Resiliencia

¿Sabes qué significa? Por definición, la resiliencia es la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente, a situaciones adversas. Y eso es justamente salir de la zona de confort. Adaptarnos a cosas que no estamos acostumbrados. A situaciones que no solemos vivir, que nos ponen a prueba y nos obligan a desafiarnos para superarlas.

Bueno, no solo a desafiarnos, sino a intentar adaptarnos a las mismas con un enfoque positivo, que nos haga crecer y que nos permita aprender.

La resiliencia creo, es una de las cosas más difíciles de conseguir a la hora de viajar. No tanto por la tarea en sí, sino porque nos ponemos trabas internas, mentales. Nos juzgamos. Creemos que no somos capaces y creemos no tenemos la capacidad suficiente para superar situaciones fuera de nuestra zona de confort.

Te recomiendo leer: Descubre cómo viajar sin pagar alojamiento

• Crecimiento personal

Vas a crecer, y mucho. Cómo decíamos hace unos párrafos, vas a vivir situaciones que nos estas acostumbrado, vas a enfrentarte a desafíos que no son comunes para vos. Vas a descubrirte, una y otra vez.

Casi sin notarlo (e incluso sin buscarlo) vas a crecer. Vas a convertirte en una versión mejorada de ti mismo. No sólo una vez, sino muchas. Es que cuando creas que no podes aprender más, que llegaste a tu tope, un desafío nuevo va a aparecer. Queda en vos reconocerlo, agarrar el martillo, romper la zona de confort y volver a aventurarte en el camino del aprendizaje y el crecimiento.

• Adrenalina

Salir de la zona de confort nos genera ese no sé qué en la panza, que sólo generan las cosas que nos marcan para siempre. Esa adrenalina buena. Esa adrenalina que precede un momento único, un momento que va a generar un antes y un después.

Me acuerdo los días previos a mi primer viaje. Me iba a vivir a Londres, el sueño de toda mi infancia. Dormía poco y mi cuerpo no lo sentía. Es que me veía movido por una fuerza interna, algo dentro mío que me daba el combustible necesario para afrontar los últimos días en Buenos Aires. Mi mente estaba revolucionada y las mariposas, de a poco hacían base en mi estómago. Se venía algo bueno. Podía sentirlo.

O cuándo hice dedo por primera vez, en Malasia. Tenía poca plata y entendí que era el momento para hacerlo. Sinceramente, si hoy intento recapitular el paso a paso de ese día, creo no poder hacerlo. Es que mi cuerpo se movía gracias a una fuerza invisible que lo convencía que lo que estaba haciendo, era lo correcto. 

Mi cuerpo, una vez más, estaba lleno de adrenalina. La adrenalina de afrontar lo desconocido. De aventurarme en terreno no explorado. De desafiar mis límites.

• Ser más creativo

Cuando salimos de la zona de confort la creatividad está a la orden del día. Incluso las personas que (creen) son menos ingeniosas y creativas, alcanzan niveles inimaginables cuando salen de este cuadrado de comodidad y monotonía. Es que nos gusta ponernos límites. Nos gusta etiquetarnos y cohibirnos. “Yo no soy muy creativo, pedile a otro” - solemos escuchar, bastante seguido. “Soy bueno con los números, pero para creatividad no” - dice algún otro por ahí.

Te recomiendo leer 11 ideas para financiar un año sabático.

Nos limitamos. Innecesariamente, sin que nadie nos haya obligado a hacerlo. Solos nos encerramos en un espiral donde solo usamos las armas con las que, creemos, somos buenos.

Cuando salimos de la zona de confort, ese espiral desaparece. Esos límites se borran. Entendemos que si queremos seguir adelante, vamos a necesitar una gama más amplia de herramientas. No sirve únicamente usar las herramientas con las que me sentí cómodo toda mi vida. Voy a tener que ampliar mi repertorio. Crear. Imaginar. Divagar. Pensar por fuera de la caja. Salir de la caja.

La incomodidad de lo desconocido es el botón que enciende nuestra creatividad. Vivir con tus sentidos al máximo. Vivir de forma plena.

De repente, y sin darnos cuenta, vamos a estar usando todos nuestros sentidos. Incluso aquellos que solíamos no usar a menudo.

¿Estas razones por las cuales es recomendable salir de tu zona de confort te están convenciendo? ... Sigue leyendo

Vamos a mirar (que es diferente a ver) atentamente lo que nos rodea. Vamos a apreciar cada detalle. Cada rayo de luz que entre por nuestros ojos. Cada pixel de realidad que miremos, cuando estemos fuera de la zona de confort, va a tener un significado especial y va a llamarnos la atención. Capaz no sepamos porque pero a futuro vamos a descubrirlo.

Vamos a encontrar aromas que nunca pensamos imaginamos existían. Vamos a escuchar conversaciones en idiomas que no sabemos hablar pero de los que queremos escuchar más.

Vamos a saborear gustos de comidas exóticas, que nunca pensamos probar. Saboreando en Bangkok con un Couchsurfer un plato del que todavía no sé el nombre, fue que exploté de felicidad al darme cuenta cuan lejos había llegado. Vamos a saborear el gusto de lo desconocido y vamos a querer más. Siempre.

• El miedo está sobrevalorado

Saliendo de la zona de confort vamos a darnos cuenta que el miedo tiene mucha prensa. Que el miedo se encarga de que todos hablen de él, para hacer crecer su fama y su estirpe. Pero que de todo lo que dicen, poco y nada es cierto.

Vamos a afrontar nuestros miedos. No sólo vamos a afrontarlos, sino que vamos a superarlos. Vamos a contagiarnos tanto de este sentimiento de superar miedos, que vamos a querer hacerlo una y otra vez. Miedo que aparece, miedo que superamos. No hay nada ahí fuera que nos pueda vencer. O al menos que nos pueda limitar. Si algo no se da, si algo no se pudo, que sea por factores ajenos a nosotros. Entreguémonos al máximo y que no haya miedo que nos limite. “Para atrás, ni para tomar carrera” - dice siempre un amigo.

• Va a ser (mucho) mejor de lo que te imaginas

Sí. Es verdad. Va a ser mucho mejor de lo que te imaginas. No va a ser color de rosas. Nada lo es. No van a ser todos momentos felices. Van a haber desafíos y obstáculos. Vas a enfrentarte a ellos una y mil veces. Vas a llorar, vas a reír, a festejar, a abrazarte, a maldecir, a volver a festejar.

Vas a vivir una montaña rusa de emociones. Pero haceme caso, va a ser la montaña rusa más satisfactoria de tu vida.

No olvides que a través de Worldpackers puedes encontrar opciones de voluntariado en todo el mundo para que intercambies tus habilidades por alojamiento, comida y otros beneficios y así puedas recorrer el mundo gastando poco. 

También te puede interesar: Cambio de vida: cómo buscar una transformación para ser más feliz.