Qué hacer en Ilhabela, Brasil: los mejores consejos de viaje

Ubicada en la costa norte del estado de São Paulo, a 200 km de la capital, Ilhabela fue uno de los primeros lugares explorados por los portugueses cuando llegaron a Brasil. Según registros cartográficos de la época de las navegaciones, estuvieron allí por primera vez el 20 de enero de 1502 y, al ser el día de San Sebastián, ese fue el nombre que recibió la isla.

Con alrededor de 300 km² de extensión territorial, es la segunda isla marítima más grande de Brasil. Su costa tiene unos 130 km de longitud y está separada del continente por una distancia de aproximadamente 18 km.

Hoy São Sebastião es el nombre de la ciudad que se encuentra en tierra firme y, por la belleza de su paisaje, se llamó Ilhabela (Isla Bella). La isla es uno de los principales destinos turísticos de São Paulo.

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9 consejos sobre qué hacer en Ilhabela

1. Cómo llegar a São Sebastião

Una de las formas más económicas de llegar a São Sebastião desde las principales capitales de Brasil es mediante un viaje compartido. Además de viajar barato, compartir coche hasta la costa de São Paulo es una opción más sostenible y ecológica que los medios de transporte tradicionales.

Waze Carpool es una de las mejores aplicaciones para quienes buscan ofrecer o encontrar viajes por distintas partes de Brasil.

También puedes alquilar un coche o tomar un autobús desde São Paulo o otras ciudades cercanas.

2. Cómo llegar a Ilhabela

La forma más fácil de llegar a Ilhabela es a través del ferry que sale de São Sebastião. Hay algunas líneas de autobús que te llevan hasta el lugar de donde sale el ferry.

¡No se preocupe! Si su autobús no para allí, la estación de autobuses está muy cerca y usted puede caminar hasta allí, si no lleva maletas pesadas. El cruce hacia la isla es gratuito para personas a pie o en bicicleta, sólo hay que llegar y esperar a que se abra la puerta.

Los ferrys suelen salir cada 20 o 30 minutos; el servicio puede suspenderse si hace mal tiempo. Puedes seguir el perfil de la empresa que realiza la travesía en Twitter (@travessiasdersa) para obtener informaciones actualizadas.

Si llegas en coche o moto, también es posible utilizar el ferry para cruzar, pero deberás pagar una tasa que podrás consultar y reservar online en la web de Dersa, la empresa responsable de la travesía.

En temporada alta, la cola para cruzar puede durar unas cuantas horas, por lo que conviene planificar la llegada con antelación. Si nunca has estado en la isla, la primera travesía es especial. Intenta quedarte en la parte delantera del ferry. La vista vale la pena.

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3. Qué hacer en Ilhabela primero

Es importante recordar que, aunque Ilhabela es un lugar muy conocido y visitado con frecuencia, sigue siendo un pueblo pequeño y algunas cosas no funcionan como en las ciudades más grandes.

Este es el caso de las apps de coches privados o taxis. Por ello, el medio de transporte más utilizado son las bicicletas, las cuales pueden ser alquiladas u ofrecidas por el lugar donde te alojes. Hay un largo carril bici que recorre casi todo el litoral continental de la isla, así que es muy seguro ir en bici por ahí.

También hay transporte público. Puedes obtener una tarjeta de autobús para facilitar el viaje. La empresa responsable está cerca del embarcadero del ferry, entonces puedes preguntar por allí y te indicarán.

En algunas épocas del año se ofrecen grandes descuentos si utilizas tu tarjeta en lugar de pagar en efectivo. Cuando estuve en Ilhabela durante el Carnaval, las entradas costaban alrededor de R$ 3 en efectivo y R$ 1 con tarjeta.

4. Las playas de Ilhabela

La mayoría de las playas de Ilhabela se distribuyen a lo largo de la franja que mira al continente, por lo que no tienen olas fuertes y son ideales para practicar deportes y llevar niños.

Algunos lugares prestan artículos como tablas de surf y snorkels a los huéspedes de forma gratuita, pero también puedes alquilarlos en algunas playas.

En las playas más al norte es posible ver el mar abierto, como Praia do Jabaquara y Praia da Fome.

El transporte público no llega hasta ellas, por lo que la mejor opción es ir en coche. Sin embargo, mucha gente toma el autobús hasta la última parada, en Praia da Armação, y camina o hace autostop por la carretera para llegar allí.

Desde este punto son unos 8 km hasta Jabaquara y 12 km más un sendero a través de un denso bosque hasta la Praia da Fome. Estas playas no tienen mucha estructura de quiosco y suelen estar más vacías.

Las playas de la región norte son hermosas y vale la pena recorrerlas por las vistas. Prepárate: la isla es conocida por sus “borrachudos”, mosquitos que pican y provocan picazón en la piel, y en estas playas lo dominan todo. Lo ideal es comprar un buen repelente e ir preparado. Recomiendo el Citroilha, un repelente creado por la gente local que se vende en casi todos los quioscos.

Un poco más al sur se encuentra la Praia do Sino (Playa de la Campana). El nombre se le da por las piedras que se encuentran junto a la playa y que al golpearlas con un martillo hacen un ruido similar al de una campana. La playa dispone de restaurante y alojamiento cerca. Los fines de semana recibe una gran cantidad de gente.

El pueblo es la región más central de la isla, con supermercado, bares, tiendas, atracciones históricas y una heladería. ¡Allí pasa casi todo! No hay franja de arena, pero puedes disfrutar del muelle y caminar por la orilla.

Bajando un poco más llegamos a Perequê. Esta es una parte muy transitada, con muchos hoteles, hostales y posadas. En esta región hay más práctica deportiva, por lo que hay canchas de arena y alquiler de tablas de stand up paddle.

En la región sur se encuentra Ilha das Cabras, una pequeña isla muy cerca de Ilhabela. Esta región está llena de peces y vida marina, y es el mejor lugar para bucear o intentar la suerte de ver a una tortuga nadando cerca de usted. Si tienes snorkel, este es el mejor lugar al que debes ir.

En mi opinión, las playas del sur tienen las mejores puestas de sol de toda la isla. Cuanto más al sur, mejor será la vista. Recomiendo sentarse en el muelle de Praia da Feiticeira y disfrutar del anochecer. Muy cerca se encuentra la Cascada Três Tombos. El camino es fácil y podrás disfrutar de la cascada y regresar a la playa.

Un poco más al sur, entre las playas de São Pedro y Taubaté, se encuentran piscinas naturales. En este lugar la marea sube y se forman pozas de agua cristalina entre las rocas. Suele llenarse bastante en temporada alta y los fines de semana porque el lugar es realmente hermoso.

También hay playas lindas que no están en la región continental y el acceso a ellas es un poco más difícil. Las principales son las playas de Castelhanos y Bonete.

Muchas empresas ofrecen viajes pagados a estas playas, en barco o en jeep. La Playa de Castelhanos está a unos 10 km de la Playa de Perequê y puedes ir en barco, coche o moto - también puedes caminar, pero no lo recomiendo, ya que por allí pasan muchos jeeps y coches todo el tiempo.

Con una larga franja de arena, Castelhanos tiene una buena estructura de restauración y alojamiento. La playa está muy cerca de la Cascada del Gato, de fácil acceso y hermosa.

El mar es más agitado, ya que estamos al otro lado de la isla, de cara al mar abierto. En un extremo de la playa, hay un sendero hacia el mirador Mirante do Coração, donde se puede ver toda la franja de arena de la playa, que parece un corazón.

La Playa de Bonete está aún más lejos y sólo se puede acceder a ella en barco, en un viaje de aproximadamente una hora, o por un sendero de 12 km en medio de la Mata Atlántica. La vista que se obtiene al llegar hace que la distancia valga la pena. Además, en el camino pasas por cascadas y puedes hacer paradas, disfrutando del recorrido.

Bonete fue votada como una de las 10 más bellas playas de Brasil por The Guardian y hace honor al título recibido. Para quienes les gustan las playas vacías y con olas, este es el lugar ideal.

5. Pico Baepi

Si te gustan los senderos en las cimas, apunta este nombre: Baepi. Son unos 4 km de sendero, siempre en subida. Ubicado dentro del Parque Estatal Ilhabela, recibe decenas de visitantes y muchas personas hacen el recorrido temprano en la mañana para ver el sol salir cuando llegan a la cima.

No hay muchos puntos de agua a lo largo del camino, así que lleva bastante agua. Desde allí es posible ver buena parte de la Isla y del continente. Si tienes algo de experiencia, es posible hacerlo sin guía, pero puedes contratar a alguien para que te lleve hasta allí.

6. Cascadas

Hay muchas cascadas (cachoeiras) en la isla y probablemente todas te dejarán boquiabierto, pero la que no te puedes perder es la Cascada do Paquetá.

Debe tomar un autobús a la región sur y caminar un poco hasta la entrada del sendero. Allí también hay un estacionamiento si tiene automóvil. Después de eso, debes caminar un poco.

Puesto que estamos hablando de Ilhabela, siempre que te adentres en senderos y bosques densos recuerda: ¡borrachudos! Lleva repelente y, si es posible, usa ropa de manga larga en el sendero.

La cascada está formada por dos saltos de aguas cristalinas. La primera parte del sendero conduce a la primera cascada. Es bonito, pero no es el destino final. Cruzamos al otro lado para continuar el sendero. La siguiente cascada es más grande que la primera y es un excelente lugar para disfrutar del agua.

Sin embargo, el sendero no termina aquí. Es posible subir hasta la cima de la cascada. Hay que tener mucho cuidado ya que el camino es estrecho y resbaladizo. Cuando llegas a la cima, hay una hermosísima vista de la cascada, el bosque y el mar.

Cachoeira da Toca es la única cascada de la isla en la que se debe pagar, pero tiene mucha infraestructura, con quioscos y repelente disponible gratuitamente. Nada más llegar hay un puesto y puedes servirte aceite de citronela.

También es posible comprar cachaça artesanal y realizar un mini tour aprendiendo sobre la producción de la bebida. La cascada es realmente divertida y forma un tobogán natural por el que puedes deslizarte hacia abajo.

7. Recorrido histórico

Como uno de los primeros lugares ocupados por los portugueses, Ilhabela tiene mucha historia que contar. El pueblo, más al norte, es el principal centro histórico de la ciudad.

La pequeña iglesia de la ciudad, Nossa Senhora D'Ajuda e do Bom Sucesso, fue construida alrededor de 1700 con piedras, conchas y aceite de ballena. Ella está ubicada en un punto más alto y tiene una hermosa vista de la región central.

El Museo Náutico cuenta la historia de los distintos barcos que se hundieron frente a las costas de la isla. Ilhabela tiene el mayor número de naufragios de Brasil y más de 250 piezas fueron recolectadas y llevadas al museo. Algunas empresas ofrecen buceo donde se pueden ver barcos hundidos.

Además, se encuentran piezas y hallazgos arqueológicos de poblaciones indígenas de la isla, así como un esqueleto con más de dos mil años de antigüedad.

La Rua do Meio (Calle del Medio) está llena de pequeñas tiendas, bancos y heladerías y merece estar en la ruta turística. El muelle de Vila ofrece una vista muy hermosa del mar y del continente.

Si estás en Ilhabela durante el Carnaval, el muelle juega un papel central en el tradicional Baño de Dorotéia. El martes de Carnaval, la gente desfila por la ciudad y luego camina hasta el muelle y se lanza al mar.

8. Qué hacer en Ilhabela por la noche

Después de disfrutar de las playas, cascadas y del día, aún hay mucho que hacer en Ilhabela: ¡disfruta de la noche!

La mayoría de los bares y restaurantes se encuentran en Vila y Praia do Perequê. Puedes caminar por el pueblo, sentarte en un quiosco en la playa o disfrutar de un espectáculo en vivo. Las opciones son muy variadas.

Si quieres ir a un lugar más animado, conocer gente y escuchar buena música, te recomiendo Estaleiro Bar. Con una decoración de temática náutica y frases escritas en el techo, es el lugar con las mejores fiestas de la isla.

Los miércoles por la noche no dejes de disfrutar de forró (un ritmo musical y baile brasileño) en el Estaleiro. Y no se puede ir allí sin tomar un cóctel llamado submarino.

9. Voluntariado en Ilhabela

Yo pude disfrutar de todo esto sin pagar por hospedaje porque tuve ahí mi primera experiencia de voluntariado por Worldpackers.

Esta plataforma conecta viajeros dispuestos a trabajar algunas horas por semana como voluntarios y anfitriones que buscan a gente para colaborar con sus negocios y proyectos en cambio de alojamiento y otros beneficios.

Mi experiencia como worldpacker en Ilhabela ¡fue maravillosa! Me alojé en Granola Hostel, que está cerca del centro, y es un gran lugar, lleno de gente estupenda. 

Estuve ahí durante un período de lluvia, pero estar como voluntaria hizo con que la experiencia fuera buena, asimismo. Pude conocer a muchos huéspedes, hacer amigos, disfrutar de las cascadas y jugar a saltar del muelle bajo la lluvia.

Recomiendo mucho que eches un vistazo a las oportunidades de voluntariado en Ilhabela y en otras partes de Brasil y del mundo. Puedes crear tu perfil en Worldpackers gratuitamente y hacer tu lista de deseos con lo que más te interese. 

Espero que mis consejos sobre que hacer en Ilhabela hayan sido útiles y que este lugar te encante tanto como a mí. ¡Buen viaje!