Guía para visitar los Pueblos Mágicos de Hidalgo (y enamorarte de ellos)

En esta guía vamos a recorrer los seis pueblos mágicos de Hidalgo, conociendo su historia, sus atractivos turísticos y las razones que le valieron esta designación.

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Desde el balcón donde se hizo el primer grito de la independencia mexicana, hasta las profundidades de las minas de plata que fomentaron la inmigración inglesa, los pueblos mágicos de Hidalgo nos llevan en un recorrido por lugares que, además de fotogénicos, están cargados de historia y rodeados de naturaleza.

En este artículos te doy mis consejos para conocer los seis pueblos mágicos de Hidalgo, con recomendaciones sobre qué ver y hacer en cada uno.

Si estás planeando tu primer viaje a México, te interesará leer mis 10 consejos para viajar sola a México, los consejos para viajar barato por México y ver este video con 7 cosas que debes saber antes de viajar a México:

¿Cuáles son los pueblos mágicos de Hidalgo?

El Estado de Hidalgo es uno de los que cuenta con mayor cantidad de pueblos mágicos, seis en total: Huasca de Ocampo, Real del Monte, Mineral del Chico, Huichapan, Tecozautla y Zimapán. De hecho, Huasca de Ocampo fue en 2001 el primer pueblo de todo el país en recibir esta designación.

¿Qué significa esto de “pueblos mágicos”? Es una distinción que otorga la Secretaría de Turismo de México a distintos lugares que se destacan por su tradición, cultura, arquitectura e historia, buscando preservar estas características y promover el turismo.

Los pueblos mágicos de Hidalgo desde ya que no son los únicos de México. Si querés conocer más, te recomiendo leer estos artículos:

Voluntariados en los pueblos mágicos de Hidalgo, México



Una gran posibilidad para poder recorrer con tranquilidad los pueblos mágicos de Hidalgo, es hacer un voluntariado a través de Worldpackers. Esto te permitirá ahorrar en alojamiento a la vez que descubres la región, conoces a otros viajeros y aprendes nuevas habilidades.

Las oportunidades de voluntariados en Hidalgo están tanto en pueblos mágicos como en otras partes del estado. Algo que debes prestar atención antes de postularte, es que también existe una ciudad llamada Hidalgo en Nuevo León, que no es parte del Estado de Hidalgo.

En caso de que no consigas en Hidalgo, podés buscar también voluntariados en la Ciudad de México, ya que está muy cerca (a 90 kilómetros de Pachuca, la capital de Hidalgo).

Si nunca fuiste parte de un voluntariado con Worldpackers y te interesa saber más, te recomiendo leer estos artículos:

Qué hacer en el pueblo mágico Huasca de Ocampo, en Hidalgo



Son muchos los pueblos mágicos de México, pero todo empezó con la designación de Huasca de Ocampo como el primero de ellos, en 2001.

Algunas de las razones para este título se pueden encontrar entendiendo su nombre original en el idioma náhuatl, Huascazaloyam, que significa “lugar de pájaros, vegetación, agua y alegría”. Esas características aún se mantienen, siendo un pueblo rodeado por ríos, bosques y las elevaciones de la Sierra Madre Oriental.

Sumado al entorno natural, se agregaron las construcciones coloniales, quienes levantaron grandes haciendas a partir de 1760 que se pueden visitar. En el casco histórico de este pueblo mágico de Hidalgo, se conservan muchas casas centenarias, construidas con cantera blanca y techos rojos a dos aguas, típicas de las zonas mineras como esta.

Estando a solo 40 kilómetros de Pachuca y 130 de Ciudad de México, es un destino preferido de fin de semana para quienes quieren salir de las grandes ciudades. Si querés disfrutarlo con más tranquilidad, te conviene evitar estos días.

Las principales cosas que hacer en Huasca de Ocampo, son:

Qué hacer en Huasca de Ocampo: los prismas basálticos

La imponente formación natural de los prismas basálticos es el principal atractivo turístico de Huasca de Ocampo, y otra de las razones por las que este es uno de los pueblos mágicos de Hidalgo.

Desde el puente colgante, a 40 metros de altura, vas a poder apreciar estas columnas de basalto que parecieran haber sido talladas a mano para darle su forma geométrica de cinco o seis caras. También podrás bajar hasta la orilla del río para ver de cerca este enorme “órgano natural”, que puede compararse con la famosa Calzada de los Gigantes en Irlanda del Norte.

Formados hace aproximadamente 2,5 millones de años por la solidificación de lava tras una erupción volcánica, algunas de las columnas llegan hasta 40 metros de altura. Lo que le da aún más espectacularidad a este fenómeno, es el curso de agua que la recorre, formando cuatro cascadas y una angosta garganta que nos permite apreciarlas mejor.

En 2007, los prismas basálticos fueron elegidos como una de las 13 maravillas naturales más representativas de México.

Haciendas



Huasca de Ocampo nació y se desarrolló como un pueblo minero, principalmente gracias a las reservas de plata de la zona. A partir de 1760 comenzaron a construirse enormes haciendas, que además de servir como vivienda de terratenientes españoles, también eran el lugar donde se trabajaba la plata extraída en extensos patios.

En los alrededores de Huasca de Ocampo hay varias haciendas que actualmente funcionan como museos y hoteles. Las más populares para visitar, son:

Hacienda de Santa María Regla: está ubicada en el área de los prismas basálticos, por lo que podés aprovechar para conocer ambos lugares juntos. Fue la primera de todas las haciendas de la zona y conserva gran parte de su arquitectura original, como la Parroquia de Nuestra Señora de Loreto.

En esta hacienda se filmaron famosas escenas de la película La máscara del Zorro, con Antonio Banderas y Catherine Zeta-Jones.

Hacienda de San Miguel Regla: es la más cercana a Huasca de Ocampo y excelente lugar para conocer sobre el método de patios para la extracción de la plata, que fue inventado en México, ya que se conservan varios hornos, además de los arcos originales del patio, la capilla y el casco principal de la vivienda.

Qué hacer en Real del Monte, pueblo mágico de Hidalgo



Real del Monte, también llamado Mineral del Monte, es uno de los seis pueblos mágicos de Hidalgo, conocido especialmente por la fuerte influencia inglesa.

Con la independencia de México (proceso que empezó en 1810) las minas de plata explotadas por los españoles quedaron abandonadas. Para aprovechar la infraestructura y atraer capitales extranjeros, se negoció con empresas inglesas para que invirtieran en ellas. Así fue que, a partir de 1824, empezarían a llegar los británicos, quienes dejarían una huella imborrable en Real del Monte.

Una de esas marcas fue la introducción del fútbol, deporte que se jugó por primera vez entre mineros en este pueblo y que se convertiría en el deporte más popular del país. En la gastronomía también dejaron su legado, siendo este pueblo mágico de Hidalgo famoso por los pastes (nombre que viene de "pasty" en inglés), una especie de empanada horneada rellena de carne picada, papa y cebolla en su versión original, pero que también tiene sus adaptaciones al paladar mexicano. En octubre se celebra el Festival del Paste.

Por cosas como estas, es que se le dio el apodo de “Pequeño Cornwall”, por el condado de donde llegaba la mayoría de los inmigrantes.

Hablando de pastes, te recomiendo que veas este artículo sobre Los 15 platillos típicos de México que tienes que probar en tu viaje.

Estos son mis lugares recomendados para visitar en Real del Monte:

Qué hacer en Real del Monte: El Panteón Inglés

El fútbol, la gastronomía, la arquitectura, las maquinarias que quedaron y la primera iglesia metodista de México, nos hablan de la importancia que tuvo el asentamiento inglés en esta zona, y como todo grupo que trae sus costumbres y creencias, también necesitaban un espacio para sus ritos funerarios.

Ingresar al Panteón Inglés es como trasladarse a un cementerio de la campiña inglesa, con mausoleos que son obras de arte.

Callejón de los Artistas

Hablando de arte, esta angosta callecita empedrada es de los lugares más fotogénicos de Real del Monte. A lo largo de la calle se exhiben fotografías de producciones de cine y televisión que se rodaron en este pueblo mágico de Hidalgo.

Minas de Acosta y La Dificultad

La Mina de Acosta operó de 1727 a 1985. Mexicanos, españoles, ingleses y estadounidenses se adentraron en sus túneles para extraer el preciado metal.

Actualmente es un museo que repasa los más de 250 años de historia minera. Ponete el casco, las botas y prendé la lámpara para recorrer los cuartos de máquinas, las bódegas y el socavón de cuatrocientos metros de profundidad.

El Museo de la Mina de la Dificultad es otro lugar fantástico para entender más de la importancia minera en la región. El museo se encuentra en lo que era la sala de máquinas, una construcción con una enorme chimenea, donde se pueden ver las calderas, herramientas y las maquinarias que fueron parte de la transición de la energía a vapor -instalada por lo ingleses- a la electricidad con la llegada estadounidense.

Qué hacer en el pueblo mágico Mineral del Chico, Hidalgo



A la entrada del Parque Nacional El Chico se encuentra este pueblo mágico de Hidalgo, que, como Huasca de Ocampo y Real del Monte, también tiene origen minero.

El centro histórico de Mineral del Chico conserva las construcciones que son testimonio de este pasado. La plaza principal, con su fuente de hierro fundido y la Iglesia de la Purísima Concepción, son los lugares más representativos del pueblo, pero personalmente creo que lo mejor de visitar este lugar es agarrar la mochila y salir de caminata por los alrededores.

Para poder hacer esto con tiempo, podés ver las oportunidades de voluntariados en Mineral del Chico

Qué hacer en Mineral del Chico: Parque Nacional El Chico

Los densos bosques de pino y las particulares formaciones rocosas hacen que este parque nacional sea un lugar excelente para el trekking, el ciclismo de montaña y la escalada.

Dentro del parque hay un albergue alpino, pero si tenés tu propia carpa también podés pasar la noche en alguna de las áreas designadas para acampe, olvidándote completamente de que estás a menos de 30 kilómetros de una ciudad tan grande como Pachuca.

Dentro del parque hay parajes como Las Ventanas, un valle de altura del que emergen rocas que por sus formas se les dieron apodos como “La muela” o “La botella”; El Contadero, una zona de laberintos naturales formado por imponentes rocas; y el mirador Peña del Cuervo, que con una altura de 2770 metros te da una vista fantástica al pueblo, a la formación de rocas conocida como “Las monjas” y a la de “Los frailes”.

En la parte sur del parque nacional está la comunidad La Estanzuela, en donde se encuentra la Presa El Cedral. Rodeada por bosques de oyamel, es un excelente lugar para pasar un noche acampando y haciendo las caminatas de la zona.

Si te interesa la bioconstrucción, permacultura y aprender sobre el cultivo orgánico, en Worldpackers hay una gran oportunidad para participar como voluntario de un proyecto ecoturístico cerca del Parque Nacional El Chico.

Las monjas

Desde casi cualquier parte de Mineral del Chico vas a poder ver la presencia de estas rocas, llamadas así por una leyenda local que las relaciona con la formación de “Los frailes”.

El ascenso a estos monolitos es posible, pero es recomendable hacerlo con un guía si no se tiene experiencia en alpinismo porque las subidas son empinadas y hay altos precipicios. La recompensa es una vista panorámica inigualable.

Tanto Mineral del Chico como Real del Monte son pueblos mágicos cercanos a CDMX por los que podrías visitarlos en un fin de semana desde la capital mexicana.

Qué hacer en Huichapan, pueblo mágico de Hidalgo



Huichapan es un pueblo que está fuertemente ligado al período colonial y al fin de este. Caminando por estas calles empedradas vas a cruzar casonas del Siglo XIX que preservan sus marcos de madera, como también el lugar histórico en donde se celebró lo que se conoce como “El grito de la independencia”. Por esta razón, y otras como las que vamos a ver, es que Huichapan fue declarado uno de los pueblos mágicos de Hidalgo.

Qué hacer en Huichapan: El Chapitel

La plaza principal de Huichapan no es solamente un lindo lugar arbolado para sentarse a descansar. Si miramos alrededor, nos vamos a encontrar con edificios que son parte de la historia grande de México.

El más importante de todos es El Chapitel, no por la construcción en sí, sino por lo que ahí sucedió. Fue el 16 de septiembre de 1812 cuando Andrés Quintana Roo y el General Ignacio López Rayón salieron a este balcón para dar el primer grito de independencia, festejando la victoria de una lucha que había comenzado dos años atrás.

En El Chapitel funciona hoy un museo dedicado la revolución, con pinturas, documentos oficiales y reliquias de esa época. Para conmemorar el acontecimiento, en cada aniversario se hace una representación de este momento.

Acueducto El Saucillo

Hablando de la época virreinal, el acueducto El Saucillo, construido en 1738, es otro de los grandes ejemplos que podés visitar en este pueblo mágico de Hidalgo. Y lo de “grande” no es en sentido metafórico, sino que se trata del acueducto más grande de Latinoamérica con 44 metros de alto.

La zona de El Saucillo es ideal para llevar un picnic y pasar el día completo, ya que está a casi 10 kilómetros de Huichapan.

Después de un día caminando por el acueducto y los alrededores, nada mejor que relajar las piernas en el histórico balneario de aguas termales El Patecito.



Qué hacer en el pueblo mágico Tecozautla, en Hidalgo

A solo 20 kilómetros de Huichapán está Tecozautla, otro de los pueblos mágicos de Hidalgo. Estando tan cerca, podés aprovechar para hacer base en alguno de los dos y visitar ambos.

Famoso por sus aguas termales, Tecozautla es un pequeño pueblo en medio del paisaje de semidesierto, lo que le da un ambiente muy distinto al de los otros pueblos mágicos que vimos.

Qué hacer en Tecozautla: Plaza principal y Ex Convento de Santiago Apóstol

La construcción más representativo de este pueblo mágico de Hidalgo es sin dudas el Torreón de Tecozautla, una imponente torre del reloj de 31 metros de alto que se encuentra en la plaza principal, lugar por el que seguramente pasarás varias veces durante tu estadía ya que es el centro de la acción del pueblo. Fue inaugurado en 1910 para celebrar el primer centenario de la independencia de México.

Muy cerca de la plaza principal está el Ex Convento de Santiago Apóstol, construido a pedido de los frailes franciscanos a principios del Siglo XVII. Si miras con detalle en la fachada, vas a ver inscripciones en latín que datan de la época de construcción del convento. 

El Pañhú

En las afueras de Tecozautla está El Pañhú, un sitio arqueológico que fuera asentamiento de la cultura Xajay. No esperes encontrarte con algo como Teotihuacán o Cichén Itzá, pero el entorno desértico y la vista al valle justifican la visita.

El Géiser

Como te conté, Tecozautla es un popular destino termal, y el impresionante géiser de Tecozautla es el corazón de esta fama. 

Considerado como uno de los géiseres más importantes de Latinoamérica, a su alrededor se construyó un balneario que aprovecha el agua rica en minerales, que llega hasta los 90°C. Pero este no es el único balneario del pueblo; en Tecozautla hay un total de 15 complejos en el que podrás relajarte después de recorrer la zona.

Qué hacer en Zimapán, pueblo mágico de Hidalgo



El último lugar del estado de Hidalgo en añadirse a la lista de pueblo mágicos fue Zimapán. La pintoresca zona urbana combina la historia colonial española con la época minera, pero su principal atractivo es sin dudas el inmenso y variado entorno natural.

La Presa Fernando Hiriart, desde donde nace el espectacular Cañón del Infiernillo de 400 metros de altura, es uno de esos imperdibles atractivos para visitar en Zimapán.

Si querés más acción, te recomiendo las caminatas por el Parque Nacional Los Mármoles, con senderos que te llevan hasta la cima de sus cerros desde donde la vista a la cadena montañosa de la Sierra Gorda es alucinante.

Otro de los tesoros naturales de esta zona es El Vigilante, un monolito de 15 metros de altura que hay quienes dicen ver rostros humanos en sus lados. Lo que sí te aseguro que verás es una imagen panorámica insuperable a la Presa Fernando Hiriart y al Cañón del Infiernillo.



Podés conocer muchos lugares, como los seis pueblos mágicos de Hidalgo, pero el recuerdo más duradero que te llevarás seguramente no será de un paisaje o un monumento, sino de las experiencias que en ellos tuviste. Hacer un voluntariado en Hidalgo te da la posibilidad de pasar más tiempo en el lugar para poder interiorizarte, conocer viajeros de todo el mundo y aprender nuevas habilidades.

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