Sobre su experiencia en: Culla, España
Suecia
El coliving fue mucho más que un voluntariado, fue un hogar desde el primer día. Llegué sin saber qué esperar y me fui con el corazón lleno. Oscar y Nara no solo son anfitriones increíbles, son personas con una calidez única que te hacen sentir parte de algo especial. Siempre atentos, siempre humanos. Compartí días con personas de todo el mundo, cocinamos juntos, reímos, comimos delicioso y formamos una pequeña gran familia. La cocina y el comedor se convirtieron en el alma de cada día, donde se cruzaban culturas, historias y sabores. Me sentí en casa, de verdad. el coliving se ganó mi corazón
hace 4 meses