Sobre su experiencia en: Cádiz, España
Colombia
Participar como voluntario en el alojamiento ha sido una de esas vivencias que dejan marca. No se trata solo de echar una mano: es convivir, compartir y formar parte de un proyecto con alma. Cada jornada trae algo diferente, desde tareas prácticas hasta momentos espontáneos que se vuelven especiales. El lugar tiene algo que te calma. Entre el campo andaluz, los animales, la huerta y el sonido del viento, uno desconecta del ritmo acelerado de fuera. Pero lo mejor, sin duda, son las personas. El grupo humano, tanto voluntarios como anfitrión, te hacen sentir que perteneces. Gracias al Anfitrión
hace 4 meses