Te cuento lo fundamental sobre cómo hacer el Camino de Santiago. Las distintas rutas, dónde dormir, consejos de seguridad y más.
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El Camino de Santiago es probablemente la ruta de peregrinaje más famosa del mundo, pero lo que muchos desconocen antes de comenzar a investigar cómo hacerla es que en realidad no se trata de un único camino, sino que es una red de senderos que recorren gran parte del territorio español, e incluso partes de Portugal y Francia, culminando en la Catedral de Santiago de Compostela.
Originados en la Edad Media, estos caminos fueron trazados por fieles cristianos para llegar desde su lugar de origen hasta el sitio donde según la tradición fue enterrado el Apóstol Santiago.
Se considera que el primer peregrinaje se hizo en el año 825 por Alfonso II, partiendo desde Oviedo para visitar la tumba cuando esta fue descubierta. A partir de ahí, la popularidad e infraestructura del Camino fue creciendo, abriéndose nuevas rutas. Pero para mediados del Siglo XX, con lo cambios ideológicos y religiosos que trajo la Revolución francesa, prácticamente había quedado en el olvido.
Fue a finales del Siglo XX cuando comenzó un nuevo auge, principalmente turístico, en el interés por el Camino de Santiago, atrayendo a peregrinos de todo el mundo.
Actualmente, el número de peregrinos que hacen las rutas jacobeas (así es como se le llama a todo lo relacionado al Apóstol Santiago) no para de crecer.
En esta guía te cuento las consideraciones más importantes antes de hacer el Camino de Santiago.
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El francés es el camino más reconocido, transitado, y con mayor tradición, por eso suele ser el del debut para los que hacen su primera experiencia de peregrinación a Santiago de Compostela.
El origen del Camino francés es lógicamente en Francia, con cuatro rutas distintas que se unifican en distintas partes del trayecto.
Tres de estas rutas -la que inicia en París-Tours, la de Vézelay-Limoges y la de Le Puy-Conques- se juntan en el poblado de Ostabat, a menos de 30 kilómetros de la frontera entre Francia y España. Unos kilómetros después, en Saint-Jean-Pied-de-Port, comienza oficialmente el Camino de Santiago Francés. Cruzando los Pirineos, se ingresa a España por Roncesvalles, y se continúa la ruta por Navarra hasta encontrarse en Puente la Reina con el cuarto trayecto.
El cuarto recorrido es el que comienza en Arles-Toulouse, entrando a España por Somport hasta llegar a Jaca, y desde aquí hasta unirse con las otras rutas y continuar por un único camino hasta Santiago de Compostela, que puede tener pequeñas variantes.
El Camino francés está dividido en 30 etapas. Comenzando en Saint-Jean-Pied-de-Port (Francia), y haciendo una etapa por día (aproximadamente 25 kilómetros) tardarás un mes en completarlo. Está claro que esto puede variar enormemente dependiendo del ritmo de caminata, desvíos, descansos, condiciones climáticas, contratiempos, y si elegís quedarte en algún lugar que te haya gustado por más tiempo.
Si no podés, o no tenés intenciones de hacer el Camino francés completo, para obtener la credencial que te otorgarán al haber completado al menos 100 km a pie, deberías comenzar en la etapa 27, que parte desde Sarria. De hacerlo en bicicleta, el punto de partida debería ser por lo menos en la etapa 23 (Ponferrada), para cumplir con los 200 kilómetros necesarios.
Recorriendo la costa del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia, el Camino del norte es una de las alternativas para quienes buscan una experiencia mucho menos masificada que la del Camino francés.
Con una belleza paisajística como pocos, al llevarte por varios días bordeando la costa del Mar Cantábrico, también supone una exigencia mayor por la exposición a fuertes vientos e inclemencias del tiempo tan típicas de esta zona de España.
La partida del Camino del norte es en Irún, transitando los paisajes del País Vasco hasta Bilbao. Luego de recorrer Cantabria y entrar en Asturias, se llega a Gijón, donde podés elegir si seguir por el Camino de la costa o unirte al Camino primitivo que te lleva hacia el interior.
Si seguís por la costa, ingresarás en el interior de Galicia en la localidad de Ribadeo. Es en Arzúa donde el Camino del norte se une con el Francés hasta llegar a Santiago de Compostela.
En total son 820 km divididos en 34 etapas. Para conseguir la credencial, el punto más avanzado desde el que podés partir es Vilalba, en Galicia.
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Si querés viajar por Portugal y hacer el Camino de Santiago, con esta ruta vas a combinar ambas experiencias.
Las alternativas que propone el Camino portugués son muchas. Para hacerlo completo, se comienza en la capital de Portugal, Lisboa, caminando o bicicleteando por 620 kilómetros en 25 etapas de entre 15 y 30 km.
Claro que el Camino portugués se puede comenzar desde otros puntos e igualmente recibir la compostelana (credencial al completar al menos 100 km). Algunas de las ciudades de Portugal más elegidas son Coimbra, Oporto y Braga, mientras que muchos inician en Tui, que es el primer pueblo gallego al cruzar de Portugal a España.
Una alternativa menos transitada es el Camino portugués de la costa, que se divide del tradicional en Oporto y en lugar de ir por el interior lo hace por la costa del Atlántico, ingresando a España en Guarda. En Redondela los caminos portugueses se unen hasta llegar a Santiago de Compostela.
El Camino portugués es el segundo en cuanto a número de peregrinos, y en esto influyen los paisajes espectaculares por los que te lleva y la baja dificultad debido al poco desnivel, lo que lo hace ideal para los primerizos y ciclistas.
Aunque tenga menos popularidad que las anteriores, el Camino primitivo es la primera ruta a Santiago de Compostela de la que se tenga registro, transitada en el siglo IX por el rey de Asturias Alfonso II para llegar hasta la tumba del Apóstol.
Como vimos antes, el Camino primitivo conecta con el del norte en Gijón, por lo que muchos peregrinos en un largo recorrido hacen parte del Camino del norte y en esa ciudad comienzan este.
Partiendo desde la Catedral de Oviedo, son un total de 313 km divididos en 14 etapas. Luego de caminar por Asturias, se ingresa a Galicia en Lugo, y al llegar a Melide se junta con el Camino francés, haciendo los últimos 55 kilómetros a la par. Este encuentro, pasando de la tranquilidad del Camino primitivo a la concurrencia del Francés, genera sentimientos encontrados en los peregrinos. Para algunos es un placer compartir senda con colegas, y otros quieren desviarse para volver a la soledad.
Aunque no comience en Inglaterra, el nombre de este camino se debe a que los peregrinos que comenzaron a llegar en la Edad Media a Santiago de Compostela por esta ruta eran generalmente de las islas británicas. Por esto es que el Camino inglés inicia en la ciudad portuaria de Ferrol, que es donde desembarcaban.
El Camino inglés completo tiene un poco más de 100 kilómetros. Otra ruta es la que comienza en La Coruña, segundo puerto en importancia en aquellos tiempos, siendo un poco más corta con unos 70 km. Ambas se unen en la localidad de Bruma, a 40 kilómetros de Santiago. En total son 6 etapas.
Este camino atraviesa íntegramente tierras gallegas, y al ser más corto que otros es muy elegido por los que quieren hacer un camino completo pero no tienen tanto tiempo, además de tener un afluente de gente mucho menor que otros.
Estos son los cinco caminos más conocidos, pero existen más rutas por todo el territorio español, entre las que están:
Si tenés la posibilidad de elegir, la mejor época para hacer el Camino de Santiago es durante los meses de primavera (21/3 al 21/6). Es en esta época del año cuando los días no son tan calurosos, anochece tarde, y evitas la muchedumbre de gente que lo recorre en verano. El único punto negativo son las lluvias, especialmente en Galicia, así que no dejes de llevar un impermeable.
El verano es la época en la que la mayoría de la gente tiene el suficiente tiempo como para hacer el Camino de Santiago, lo que hace que la experiencia quizás no sea la que esperabas. Esto es particularmente notorio en julio y agosto, cuando casi toda Europa se toma vacaciones. El calor es otro factor muy influyente, haciendo que sea recomendable empezar a caminar al amanecer. De todas maneras, las aglomeraciones se dan casi exclusivamente en el Camino francés, así que podés optar por otras rutas.
Otoño (21/9 al 21/11) es una muy buena época ya que la cantidad de gente disminuye notoriamente y los colores naturales de la estación le dan una belleza sublime a los paisajes. Los puntos en contra son las lluvias y que muchos albergues cierran, así que es conveniente chequear cuáles están abiertos antes de comenzar.
El invierno tiene las dos dificultades que ya conocemos: frío y pocas horas de luz. La primera no solo es importante considerar por las bajas temperaturas, viento y nevadas, sino también porque deberás llevar mucha más ropa que en las otras estaciones, aumentando el peso que tendrás que cargar. También chequea la disponibilidad de albergues porque muchos cierran.
No subestimes este punto, ya que de no estar en ritmo de caminata vas a sufrir durante varios días.
Conozco muchos viajeros que comenzaron el Camino de Santiago sin ningún tipo de preparación, creyendo que era solo caminar algunos kilómetros al día, para darse cuenta rápidamente de que lo habían subestimado.
Primero y principal, porque no es lo mismo caminar con una mochila cargada que sin nada. Segundo, porque son muchos días de caminata constante, trayendo posibles calambres, lastimaduras y hasta lesiones. Y tercero, porque el aspecto mental es sumamente importante, y de tener una buena condición física es mucho más fácil de sobrellevar las dificultades.
Con esto no quiero decir que tenés que tener el estado de alguien que va a hacer el Iron Man, pero sí que hagas algunas caminatas con mochila previamente, aumentando la intensidad para que tus piernas lleguen más habituadas.
Acá nos enfocaremos en el equipaje para hacer el Camino de Santiago a pie. Si vas a hacerlo a pedal, te recomiendo esta Guía práctica para viajar en bicicleta.
Los albergues públicos son el tipo de alojamiento que representan al Camino de Santiago, elegido como primera opción por la mayoría de los peregrinos. Definitivamente es donde más se vive la esencia del Camino.
La red de albergues públicos cuenta con más de 3000 establecimiento a lo largo de todas las rutas. La mayoría están ubicados en el destino que marca el inicio/fin de cada etapa, aunque también hay algunos intermedios. Estos son hospedajes simples y lo más barato para dormir, rondando entre los 5 y 10 Euros por persona. Algunos incluso son a donación.
Algunas consideraciones a tener en cuenta sobre los albergues públicos es que no se puede pasar más de una noche en ellos; la disponibilidad es por orden de llegada, por lo que en los más transitados es posible que no encuentres lugar al llegar; no se puede reservar; y la prioridad la tienen quienes hacen el camino a pie.
Con “simples” me refiero es que están pensados para pasar la noche y seguir. No todos tienen cocina, ni lavadora, y no esperes camas de hotel. Es importante que ubiques los albergues en los que pasarás la noche para no perder tiempo buscando al llegar.
Los albergues privados tienen la ventaja de que te permiten hacer reservas, lo cual es esencial en los caminos más transitados en verano, especialmente el Francés. Estos son más cómodos pero costosos que los públicos, empezando en los 10 Euros.
Además de los albergues, siempre está la opción de reservar en los hoteles o hostels que están en los pueblos y ciudades por los que irás pasando.
Descansa bien, alimentate bien, y no sobreexijas a tu cuerpo. Escuchá los avisos que te va dando y tomá precauciones para evitar daños mayores.
Es común que las ganas de llegar a destino en el tiempo planificado, o de no quedarse atrás de un grupo con el que estamos caminando, lleve a tratar de seguir a pesar de los dolores. Esto es lo peor que podés hacer, ya que lo que parece una simple molestia muscular puede convertirse en un esguince si no frenamos a tiempo.
La hidratación de los pies con cremas es muy importante para evitar ampollas, como también lo que vimos antes respecto al calzado.
Frenar cada hora de caminata a descansar unos diez minutos también es aconsejable. Y si los pies te sudan, descalzate, secalos, dejalos ventilarse por un rato y cambiate las medias.
Sobre la comida, informate bien antes de comenzar si pasarás por pueblos intermedios en las etapas. Cuando no sea el caso, asegurate de llevar el almuerzo y lo que necesites hasta finalizar la etapa. No esperes a tener hambre para comer ni sed para hidratarte. Los frutos secos y frutas son grandes compañeros del peregrino.
Caminar siempre por la banquina, en fila y en sentido contrario a los vehículos es otra precaución para evitar accidentes.
Si sufrís algún accidente durante el Camino, comunicate con la Guardia Civil al 062 o al 112 que es un número general de emergencias en España.
Y siempre contá con un seguro de viajes. Ingresando a este link podés conseguir un descuento.
Una manera de vivir el Camino de Santiago teniendo una experiencia de inmersión cultural profunda, es a través de los voluntariados.
En la página Worldpackers encontrarás vacantes de voluntariados en toda España, muchas de ellas en los territorios que más se concentra el Camino como Galicia, Asturias, País Vasco, Cantabria y Castilla y León, como también hay voluntariados en Portugal.
¿De qué se trata? Como voluntario/a participarás en algún proyecto que necesite gente que le de una mano, colaborando durante algunas horas al día a cambio de hospedaje y -generalmente- comidas.
Esto te permite viajar sin pagar alojamiento por distintos puntos del Camino de Santiago, además de hacerte conocer mucha gente, aprender nuevas habilidades y vivirlo como un local. Es ideal si estás en un viaje de mochilero.
Por ejemplo, esta posada en Boente, una de las paradas del Camino francés, busca voluntarios/as que quieran colaborar con la recepción de huéspedes y en la granja ecológica.
Conocé más sobre los voluntariados, en: Qué es y cómo funciona un intercambio de trabajo: la guía completa.
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